Abre y devora

Las noticias las notificaciones
el todo siempre por responder
luces reclaman tu atención
preciada a la vez gritan
likes correos audios
directos que no lo son
cerebro rojo de sudor
ojos con sangre con relieve
manos siempre ocupadas
pegado objeto de apego. 

Ritmo interno frenético.

Abre y devora
abre y devora
abre y devora,
mamá siempre tiene
información para ti,
traga traga traga,
mamá sabe lo que te gusta,
abre y devora. 

Tus padres ancianos
tus hijos, en lo mejor
de la niñez, tú mismo
a años luz de tu pecho,
pero tú, ah insaciable,
ávida de novedades, 
acaricia, arrastra tus pulgares,
firma aquí y allá con tu tiempo
debilítate a exceso
desármate a confusión. 

Los deseos, los puros deseos,
esos que te arrancan rictus de
satisfacción deshelando el silencio,
en la deliciosa nada, en una tarde
de campo sin agarrar más que aire,
sin responder más que al pulso
tenue de tus pasos. 
Esos, Esos, sólo emergen de la
parte interna de tu vientre. 
Emergen y se pierden; a oídos
necios, atención distraída, 
entretenida en recompensas,
en amigos anecdóticos que ríen
aquí y allá, en grupos de "primos"
que hace meses que no hueles,
en personas -crees- que se exhiben
explotando sonrisas tras la cámara. 

Abre y devora
abre y devora
abre y devora,
mamá siempre tiene
información para ti,
traga traga traga,
mamá sabe lo que te gusta,
abre y devora. 

Conoces el número exacto
de contagios a las trece cuarenta
y cinco del miércoles tres de abril,
pero sobre cómo estás, 
ni idea. 
Sobre en quién te has convertido,
ni idea. 

No bastaba con tener
lo innecesario, con poseer amasijos
de utensilios que tirar en las aceras,
que cargar en las mudanzas,
que limpiar en los weekends; 
ahora, ahora hay que saber lo
innecesario, conocer lo innecesario,
advertir cada mínima variación
de lo innecesario. Y la vida,
o tu hija, o tu husky, te miran
mientras tú arrastras los pulgares
firmas aquí y allá con tu tiempo,
y te exhibes, adicto al narcisismo,
a la incomunicación impecable,
mientras comes, cagas, reptas, 
mientras conduces o cocinas,
te agarras a tu droga y te aturdes.

Eres tu propio show.

Ya ni idea de aquel que tenía quince
y soñaba garabateando cuadernos
o descansando la vista en cualquier ventana...

Eres un intento de ti, mientras
la información arruina tu ocio.
Adicto. Adicta.

E x h i b e    y    d e v o r a.

Mamá sabe lo que te gusta...

Automatízate, permite
que la confusión te debilite.
Que ya no sepas ni qué coño
he venido yo a buscar a la cocina
ni a qué sabe el café o el rabioso
atardecer. Regala tu atención
a esas luces que te envician,
y muere a todos tus sentidos. 

Y muere a todos tus sentidos.