Estrenó mi vestido blanco
una mujer estéril.
Pero ante al fuego
resté poder a la amenaza
santigüándome mientras
violentaba al compañero.
Tracé la silueta de mis hijas
al ínfimo horizonte.
Y ante el fuego
resté poder a la amenaza
preguntando a Dios mientras
la pintura recorría mi sexo.
Comentarios
Publicar un comentario