La piscina
Olisqueo el agua.
Husmeo, como un perro.
Observo el aspecto frío
y me pregunto si dolerá.
Cato, prudente, la orilla
con el pulgar.
Desconfío, desde la piel
hasta los huesos.
Me rehago.
Repienso.
Me retiro a la pared,
sentada, bailando
el agua tibia
de lo conocido.
Oteo lo que dejo pasar.
Me relamo
ante las posibilidades,
me protejo
ante su descontrol.
Tamborileo en el suelo
de vieja piedra,
recostándome
en el no cambio.
Husmeo, como un perro.
Observo el aspecto frío
y me pregunto si dolerá.
Cato, prudente, la orilla
con el pulgar.
Desconfío, desde la piel
hasta los huesos.
Me rehago.
Repienso.
Me retiro a la pared,
sentada, bailando
el agua tibia
de lo conocido.
Oteo lo que dejo pasar.
Me relamo
ante las posibilidades,
me protejo
ante su descontrol.
Tamborileo en el suelo
de vieja piedra,
recostándome
en el no cambio.



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